Llorar es una reacción emocional que no se da en ninguna especie viviente, a excepción de los humanos. Nuestra capacidad para tener pensamientos y sentimientos complejos, hace que podamos llorar si estamos abrumados por cualquier emoción, ya sea de felicidad, tristeza o desesperación. Pero no todos lloramos de la misma manera ni con la misma frecuencia.
Las lágrimas se componen de aceite, agua y mucosa y se producen en las glándulas lagrimales de los ojos. Aunque estén compuestas de la misma sustancia, tenemos tres tipos de lagrimas: basales, que nos protegen y humidifican el ojo, reflejas, expulsan objetos extraños de nuestros ojos, y las emocionales que son las producidas por fuertes emociones y/o dolor.
Llorar es una válvula de escape , es una forma de restaurar el equilibrio hormonal. Un estudio de la Universidad de Florida, certificó que los sujetos que tuvieron un ataque de llanto, su humor mejoró. A pesar de los altos niveles de ansiedad y elevación del ritmo cardíaco, en respuesta al estrés, muchos de los "llorones" se encontraron más relajados y calmados que los "no llorones". Y los que mayor beneficio mostraron fueron los que recibieron consuelo mientras lloraban.
Hay gente que llora fácilmente y otros difícilmente sueltan una lagrima, ni en los momentos más duros de la vida. Una vez en la edad adulta, la mujer llora un promedio de 64 veces en un año y el hombre solamente 17. Se cree que es por la hormona prolactina, que afecta directamente al nacimiento, infancia y pubertad y que está presente en las mujeres en un porcentaje 60 % superior al de los hombres. Parece ser que la mujer está programada por la evolución a llorar más a menudo que el hombre.
Si llorar te hace sentir mejor, llora, pero que el llanto sea de verdad, porque si lloras como estrategia para conseguir algo terminará por ser inefectivo, snif, buaaaaaaaaa, buaaaaaaaaaaaaaaaa no me lee nadie, buaaaaaaaaaaa !