Cuando huyes para salvar tu vida, del ataque de un león por ejemplo, o tienes un orgasmo, los efectos son muy parecidos, tu corazón late desaforadamente y tu presión arterial se eleva. Luego alguien con un corazón débil y un sistema cardiovascular vulnerable, podría tener problemas.
"En estos casos de estrés, resulta llamativo que los mecanismos fisiológicos que se activan ante reacciones de rabia intensa o las reacciones físicas extremas ante casos de emergencia son idénticas a los mecanismos que se activan ante situaciones de euforia o de placer extremo. Si mides los ritmos cardíacos de una persona en esta situación, no sabrás si acaba de cometer un asesinato o tener un orgasmo".
Fuente: El viaje a la felicidad de Eduardo Punset